En la práctica clínica, la mayoría de las intervenciones para tratar el sobrepeso y la obesidad se centran en reducir calorías y medir resultados en la balanza. Sin embargo, la ciencia actual muestra que el microbioma intestinal es un actor decisivo en el metabolismo, la inflamación y el estado general de salud. Este ecosistema de billones de microorganismos no solo participa en la digestión de los alimentos, sino que regula procesos inmunitarios, hormonales e incluso neurológicos.
Diversos estudios han demostrado que la composición y diversidad del microbioma intestinal se asocia con enfermedades como la obesidad, el síndrome metabólico y la respuesta a dietas enfocadas en la pérdida de peso. Intervenciones basadas en dieta y prebióticos pueden modular el microbioma y mejorar parámetros metabólicos antes de que pueda evidenciarse una pérdida de peso significativa.
En Astrolab Bio desarrollamos un estudio piloto con una población colombiana con obesidad para evaluar si un plan de alimentación personalizado, diseñado para mejorar el microbioma intestinal, podía favorecer la vitalidad y el bienestar general. Los resultados fueron reveladores: aunque la pérdida de peso no fue significativa, la microbiota intestinal sí mostró mejoras notables en diversidad y presencia de bacterias benéficas.
Este hallazgo abre la puerta a que los profesionales de la salud integren la modulación del microbioma como un componente clave de sus intervenciones, incluso cuando la pérdida de peso no es inmediata.
Microbioma intestinal y obesidad: mucho más que calorías
El intestino alberga trillones de bacterias, arqueas, hongos y virus que forman un ecosistema complejo. La evidencia indica que las personas con obesidad suelen presentar menor diversidad microbiana y un desequilibrio en bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) —butirato, propionato y acetato— esenciales para la integridad intestinal, la regulación inmunitaria y el metabolismo energético.
Este desequilibrio puede contribuir a inflamación crónica de bajo grado, resistencia a la insulina y cambios en el almacenamiento de energía. Por ello, modificar la dieta para enriquecer bacterias productoras de AGCC es una estrategia atractiva tanto para médicos como para nutricionistas.
El estudio: diseño y población
En nuestro piloto participaron 50 adultos con obesidad que fueron divididos en dos grupos:
- Grupo de intervención: recibió un plan de alimentación basado en alimentos ricos en fibra y compuestos prebióticos, diseñado para mejorar su microbioma.
- Grupo control: no realizó cambios en su dieta ni en su estilo de vida habitual.
Se tomaron muestras de microbioma intestinal al inicio y al final de la intervención y se analizaron mediante secuenciación de ADN 16S rRNA y herramientas bioinformáticas.
Resultados principales: cambios en el microbioma
El hallazgo más relevante del estudio fue que, aunque no hubo pérdida de peso significativa, el grupo intervenido mostró un aumento claro y estadísticamente significativo en la diversidad intestinal y en el Índice de Salud Intestinal, acompañado de un incremento en géneros productores de butirato como Roseburia, Lachnospiraceae NK4A136 group y Eubacterium hallii. Estos cambios sugieren que una dieta personalizada basada en el microbioma puede modular favorablemente la composición y funcionalidad del intestino, aun en ausencia de pérdida de peso.
La presencia elevada de Proteobacteria en individuos con obesidad agrega una dimensión inflamatoria a nuestros hallazgos, alineándose con el vínculo bien establecido entre la obesidad y la inflamación crónica.
Estos hallazgos confirman que el microbioma responde rápidamente a cambios en la dieta, incluso antes de reflejarse en la balanza. Para el profesional de la salud, esto significa que intervenir sobre el microbioma puede ser un objetivo terapéutico propio, complementario a la pérdida de peso.
¿Por qué estos hallazgos son importantes para médicos y profesionales de la salud?
- Permite entender de qué forma se puede integrar la modulación del microbioma en la práctica.
- Evaluar el estado inicial: hoy existen servicios (como Biomatest®) que permiten evaluar la composición del microbioma intestinal de manera no invasiva.
- Prescribir alimentos moduladores: aumentar fibra soluble e insoluble, alimentos fermentados, polifenoles y prebióticos. Ejemplos: avena, amaranto, legumbres, frutas variadas, vegetales de hoja verde, yogur y kéfir.
- Monitorear cambios: repetir evaluaciones de microbioma para ver evolución de la diversidad bacteriana y correlacionarla con parámetros clínicos.
- Combinar con otros enfoques: ejercicio regular, manejo del estrés y sueño adecuado también modulan positivamente el microbioma.
La evidencia científica respalda que modular el microbioma intestinal mediante dietas personalizadas puede mejorar la salud intestinal, la energía y la vitalidad incluso sin pérdida de peso inmediata. Para médicos, nutricionistas y demás profesionales de la salud, esto representa una oportunidad de ampliar su enfoque terapéutico y ofrecer a sus pacientes resultados medibles más allá de la balanza.
En Astrolab Bio seguimos trabajando para proporcionar herramientas y datos confiables que ayuden a los profesionales a incorporar el microbioma como un componente central de la atención personalizada.
Referencias
- Valdes AM, Walter J, Segal E, Spector TD. Role of the gut microbiota in nutrition and health. BMJ. 2018;361:k2179. DOI:10.1136/bmj.k2179
- Rinninella E, Raoul P, Cintoni M, et al. What is the Healthy Gut Microbiota Composition? A Changing Ecosystem across Age, Environment, Diet, and Diseases. Microorganisms. 2019;7(1):14. DOI:10.3390/microorganisms7010014
- Menni C, Jackson MA, Pallister T, et al. Gut microbiome diversity and high-fibre intake are related to lower long-term weight gain. *International Journal of Obesity*. 2017;41(7):1099-1105. DOI:10.1038/ijo.2017.66