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Microbiota infantil e inmunidad: lo que sucede en los primeros años define el resto de la vida

Durante los primeros años de vida, se da una de las interacciones más determinantes para la salud humana: el diálogo entre la microbiota intestinal y el sistema inmune. Esta relación no solo influye en la defensa frente a patógenos, sino también en el desarrollo neurológico, el metabolismo, e incluso en la programación de enfermedades futuras.


Un ecosistema que se forma desde el nacimiento


El intestino del recién nacido comienza prácticamente estéril, y es en el parto —ya sea vaginal o por cesárea— donde se inicia la colonización microbiana. A partir de ese momento, factores como la lactancia materna, el tipo de alimentación, el entorno, el uso de antibióticos y el contacto con otros seres humanos empiezan a moldear un ecosistema único, con implicaciones profundas para la salud (Ames et al., 2023).


La diversidad y estabilidad de esta microbiota en los primeros años de vida está estrechamente relacionada con una correcta maduración del sistema inmunológico. Un entorno microbiano rico y balanceado permite que el sistema inmune aprenda a diferenciar entre lo propio y lo extraño, y desarrolle tolerancia frente a componentes inofensivos del ambiente, como alérgenos alimentarios o microorganismos comensales (Singh et al., 2022).


El rol clave de ciertas bacterias y metabolitos


Se ha demostrado que grupos bacterianos como Bifidobacterium, Lactobacillus y Faecalibacterium son fundamentales para inducir respuestas inmunes reguladoras. Estos microorganismos promueven la producción de ácidos grasos de cadena corta (SCFA, por sus siglas en inglés), como el butirato, los cuales tienen un potente efecto antiinflamatorio y favorecen la integridad de la barrera intestinal. Cuando esta colonización no ocurre de manera adecuada —por ejemplo, debido a un parto por cesárea, uso prolongado de antibióticos, o dietas deficientes en fibra—, pueden producirse disbiosis tempranas. Estas alteraciones se asocian con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades inmunomediadas, como asma, alergias, enfermedad celíaca y enfermedades inflamatorias intestinales (Mancini et al., 2023).


La triada microbiota – sistema inmune – neurodesarrollo


Lo más fascinante es que esta interacción no se limita al sistema inmunológico. Cada vez hay más evidencia sobre el papel de la microbiota en el neurodesarrollo infantil. Durante los primeros cinco años, el intestino actúa como un “órgano sensorial” que influye en el eje intestino-cerebro, modulando la plasticidad sináptica, la mielinización y los niveles de neurotransmisores. Un ecosistema intestinal saludable se asocia con mejores habilidades cognitivas y conductuales, mientras que una microbiota alterada puede estar relacionada con trastornos del neurodesarrollo (Mancini et al., 2023).


Una ventana crítica para intervenir


Comprender esta relación nos abre la puerta a estrategias preventivas de gran impacto. Promover el parto vaginal cuando sea posible, fomentar la lactancia materna exclusiva, minimizar el uso innecesario de antibióticos y ofrecer una alimentación rica en prebióticos y fibra desde los primeros años son acciones clave para favorecer una microbiota saludable.


Desde la pediatría, la nutrición y otras áreas médicas, podemos y debemos aprovechar esta ventana crítica de los primeros mil días de vida para influir positivamente en la salud a largo plazo.


Aplicación clínica: 


¿Cómo puede utilizarse un test de microbiota intestinal en pediatría?


El análisis de microbiota intestinal en niños permite identificar desequilibrios microbianos asociados a alteraciones inmunológicas o al neurodesarrollo, incluso antes de que se manifiesten clínicamente. Con un test de microbiota intestinal, los profesionales de la salud cuentan con una herramienta accesible y respaldada científicamente para:


  • Evaluar la madurez del ecosistema intestinal en menores con antecedentes de cesárea, fórmula exclusiva o uso temprano de antibióticos.


  • Detectar desequilibrios en niños con enfermedades atópicas, infecciones respiratorias recurrentes o síntomas digestivos persistentes.


  • Diseñar estrategias personalizadas que incluyan ajustes dietéticos, pre y probióticos específicos y recomendaciones integrales basadas en el perfil microbiano.



A través de informes claros, interpretables y accionables, un test de microbiota intestinal permite al profesional vincular los hallazgos del test con decisiones terapéuticas concretas, contribuyendo a una medicina preventiva y personalizada desde la infancia.


Caso de estudio


Niña de 4 años con antecedentes de molestias intestinales. Se realiza un test de microbiota intestinal y se detecta baja diversidad microbiana, con disminución de bifidobacterias y predominio de Bacteroidota. A partir de estos hallazgos, se implementa una estrategia de intervención con probióticos y prebióticos específicos, y ajustes dietéticos.


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Referencias


  • Ames, S. R., Lotoski, L. C., & Azad, M. B. (2023). Comparing early life nutritional sources and human milk feeding practices: personalized and dynamic nutrition supports infant gut microbiome development and immune system maturation. Gut Microbes, 15(1), 2190305.


  • Singh, R. P., Niharika, J., Kondepudi, K. K., Bishnoi, M., & Tingirikari, J. M. R. (2022). Recent understanding of human milk oligosaccharides in establishing infant gut microbiome and roles in immune system. Food Research International, 151, 110884.


  • Mancini, V. O., Brook, J., Hernandez, C., Strickland, D., Christophersen, C. T., D'Vaz, N., ... & Finlay‐Jones, A. (2023). Associations between the human immune system and gut microbiome with neurodevelopment in the first 5 years of life: A systematic scoping review. Developmental Psychobiology, 65(2), e22360.




El test de microbiota como aliado en el manejo del Sindrome de Intestino Irritable - SII